Después de deleitarnos con la reseña de un gran clásico del cine como es "Gilda", solo me salía hablar de la preciosa Rita Hayworth. Esta mujer despampanante que no siempre fue pelirroja, nació en Brooklyn, Nueva York, en 1918.
Hija de un bailarín español y una showgirl, Margarita Carmen Cansino, sí ese era su nombre, comenzó su andadura artística junto a su padre como bailarina y fue así como debutó en el cine en 1934.
En un principio su nombre artístico fue Rita Cansino que no está mal si obviamos el chiste fácil, pero conoció a alguien que decidió que aquella chica tenía potencial, era bella y bailaba muy bien y decidió cambiarle el apellido por el de su madre con una ligera modificación, le añadió la Y. Este hombre decidió que sería pelirroja llegando a ser la mujer escultural, sensual y sexual que todos conocemos.
Rita fue manejada por los hombres como a éstos mejor les pareció, primero su padre que la sometía a abusos y luego sus diferentes maridos. Rita, contrario a lo que pudiera parecer era una mujer de poca firmeza y se dejaba manejar con facilidad, probablemente su experiencia en el ámbito familiar la marcara para siempre.
Participó en una película con mi adorado Cary, "Solo los Ángeles tienen Alas" y fue con este film como consiguió hacerse notar entre la audiencia norteamericana en 1939.
Protagonizó películas junto a grandes como Gene Kelly, para mí el mejor bailarín por encima del afamado Fred Astaire junto al que también protagonizó un musical. Otros partenaires de la actriz fueron Tyrone Power, James Cagney o Victor Mature con el que mantuvo un pequeño affaire.
Pero sin duda la película más notoria de la actriz fue "Gilda" y la bofetada más "sonora" de la historia del cine junto a Glenn Ford. Fue con esta cinta como Rita se convirtió en el objeto de deseo de todos los hombres, llegando a convertirse en todo un sex-symbol de los años cuarenta. Otras mujeres llegaron a ser auténticos bellezones del celuloide e incluso "hermosos animales", pero siento auténtica debilidad por esta mujer sensual y pelirroja.
La escena de baile en la que es capaz de realizar un auténtico streptease solo con quitarse un guante mientras canta "Put the blame on mame", "pone" hasta al más casto, mostrándonos una vez más el erotismo plasmado en la pantalla sin necesidad de escenas más explícitas que hacen del erotismo algo sucio y vulgar cuando puede ser algo exquisito. Nuestra preciosa Rita, bailaba bien pero no cantaba igual de bien así que la voz que escuchamos es la de Anita Ellis, pero se lo perdonamos, todo no se puede tener.
Por aquella época estaba casada con Orson Welles, un grande del cine junto al que protagonizó su otra gran película "La Dama de Shangai", y en la que Orson en su papel de director la hizo cortarse su melena pelirroja convirtiéndola en una rubia de cortos cabellos pero igual de hermosa.
Se casó cinco veces y su carrera como actriz empezó a deteriorarse a partir de los años sesenta cuando comenzó a tener los primeros síntomas de la enfermedad de Alzehimer. Falleció a los 68 años de edad.
Sé que el éxito de Rita no estriba tanto en sus dotes interpretativas como en su incuestionable belleza, sin embargo era buena bailarina y para mí un icono de belleza, erotismo y sensualidad. Y ella y Gilda son un imprescindible para los amantes del cine clásico.
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