Allá por el 2010, cuando Laura era aun muy pequeña y Dani ni había nacido siquiera —aunque la disfrutó desde la tripa de su madre—, recuerdo escoger esta película para verla sin demasiadas esperanzas. Cierto es que DreamWorks es la segunda potencia en lo que a animación occidental se refiere, pero en contadas ocasiones llegan al nivel de Pixar.
Pero Hipo y Desdentao, junto con esos vikingos tan rudos y aguerridos, me ganaron casi desde el inicio y una película que pensé que pasaría por mi vida sin pena ni gloria, se convirtió en la más grata y mejor sorpresa en años en lo que se refiere a animación 3D. No es que la historia nos cuente nada novedoso, pero a veces pesa más la forma en la que se nos narran las cosas que la originalidad.
En todo caso, creo que la clave de que este film me calara tan hondo desde el primer visionado, y que lo haya seguido haciendo en los posteriores con mis peques, son los carismáticos personajes. Para mi de los mejores construidos y que más transmiten, tienen corazón, la película tiene corazón en sí misma.
Desdentao es uno de los animales más adorables de los últimos tiempos con gestos que recuerdan a ratos a un perro y a ratos a un gato, colándose en nuestros corazones según pasan los minutos. Hipo es ese chico diferente con el que muchos nos podremos identificar, lo mismo que con la relación compleja que mantiene con su padre y jefe de Villa Mema.
El resto de habitantes de la aldea adquirirán mayor protagonismo a lo largo del metraje, al igual que los dragones, conduciéndonos hacia un final repleto de acción y en el que descubriremos que las cosas no son siempre lo que parecen.
Tiene también un tono más adulto que otras producciones del estilo y veremos en los vikingos las marcas de sus combates pasados aunque en general, el tono colorido y más desenfadado en la animación de los dragones consigue el contraste ideal con ese realismo que encontramos en los humanos.
No puedo dejar de hacer mención a la genial banda sonora de mano de John Powell, dando cuerpo y fuerza al mundo de estos divertidos y pendencieros vikingos y añadiendo la épica necesaria en los momentos clave.
Ver volar a Hipo y Desdentao, verlos crecer y no en lo físico precisamente y sobreponerse a todas las adversidades por primera vez fue toda una experiencia, pero lo es más a cada nuevo visionado porque detecto nuevos detalles que me hacen ver lo grande que es Como entrenar a tu dragón y por qué es una de mis películas favoritas.
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