Llevo ya mucho acercándome al cine patrio con más ganas y, como con el resto del cine, de lo que más me falta por ver es cine de los años ochenta hacia atrás. Habiendo disfrutado enormemente con "El Verdugo" y ante las buenas críticas y opiniones acerca de "La escopeta nacional" me decidí a verla esperando una gran comedia con ese humor del esperpento que tan bien se nos da en España.
Por desgracia para mí, y para Aurora, porque la arrastré a ver esta cinta esa noche, lo que vi fue el humor más rancio de la época del destape, con actrices, algunas, que para lo único que servían era para enseñar muslo o pechuga, según conviniera y con algunas escenas, como la del coleccionismo del anciano, que recordaban más a los films de Pajares y Esteso que a un guión que de verdad quiera meter el dedo en la llaga del cambio político y social que se vivía en aquella época en clave de humor.
Evidentemente, tiene sus momentos, sobre todo en algunas de las conversaciones en el salón que mantiene el personaje de Sazatornil con otros de los invitados o comensales a cuenta de los porterillos esos que quiere colocar y que demuestran que las cosas, sobre todo en lo que a corrupción se refiere, no han cambiado tanto. A mi parecer se olvidan demasiado de ese humor que denuncia demasiado a menudo para caer en chistes que a mí a día de hoy me resultan sonrojantes y más de cantina que de un director capaz de tener la sutileza que tiene en la única película suya que he visto antes y que mencioné en el párrafo anterior.
Supongo que algunos me dirán que es que era lo que se llevaba en la época, pero no creo que haya que seguir al rebaño en todo y menos en casos como estos, donde muchas de las cosas que se nos quieren transmitir quedan para mi desdibujadas y me dejan un sabor de boca bastante desagradable con tanta españolada que además lastró y mucho a nuestro cine durante mucho tiempo.
Algunas situaciones y personajes están muy bien construidos y eso hizo que por momentos recuperara la esperanza de terminar viendo una película que dejara en mí cierta marca como sí hizo "El verdugo" pero está claro que tendré que seguir buceando en el cine de Berlanga para encontrar más perlas.
Está claro que hay que ver de todo para poder juzgar y que esta cinta debió ser muy importante en su día y que se metía con temas que aun eran muy peliagudos pero opino que no era necesario esconderlos entre colecciones de vello púbico y un humor caduco para mí y que me hizo imposible disfrutar la película en sus mejores partes porque acto seguido volvíamos a la chabacanería destrozando, por ejemplo, un momento tremendamente tierno y romántico que nos encantó a mi señora y a mí y por lo que seguramente recordaré esta película más que por sus diálogos o por su critica política y social.
Nota: 5
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