lunes, 4 de mayo de 2015

Historias de Filadelfia. Una comedia para reflexionar.

No puedo ocultar mi pasión por este tipo de películas. Esta vez una comedia con tres grandes del cine, Cary Grant, Katherine Hepburn y James Stewart. A pesar de las innumerables veces que he visto esta cinta, me sigue pareciendo una genialidad, con unos diálogos que yo diría tienen una gran carga de sarcasmo en muchas ocasiones. Algunas de sus escenas ciertamente chirrían como el empujón que Dexter/Grant le propina a Tracy/Hepburn pero tenemos que tener en cuenta la época en la que se rodó, 1940, una en la que la sociedad tenía asumido que, el que el marido le pegara una bofetada a la esposa de vez en cuando pues era algo "normal". A la esposa hay que quererla, mimarla, cuidarla y acariciarla, como el Sr. Purgatorio hace conmigo.
Pero no vamos a centrarnos en ese tema porque no es el lugar. Por el contrario la historia del ex que se presenta a la boda de su antaño esposa, intentando por todos los medios hacerle ver el enorme error que va a cometer, con una jeta que le echa al asunto de tres pares de narices y la pareja de supuestos invitados que no son tal y lo que en vísperas de la boda acontece, es para disfrutarla como lo que es, una comedia de lo contrario si analizamos la situación es como para tirarse de los pelos. Llama la atención la frivolidad de muchas de las escenas con propuestas de matrimonio sobre la marcha, que sí que ya sabemos que es una comedia pero a mí me resultó chocante no obstante. Eso de aquí te pillo aquí te mato no sé si va mucho conmigo, al Sr. Purgatorio le costó un poquito convencerme para contraer matrimonio, o si no que os lo cuente él.
Es que las cosas buenas mi amor, se pueden encontrar de un día para otro pero conseguirlas una vez se encuentran suele llevar más tiempo. El que se enamora poco a poco y de la persona adecuada tiene amor para siempre, el que va dando su amor a cualquiera cada dos por tres acaba sin saber lo que quiere ni si quiere de verdad a alguien. Yo a ti te amo con locura y sin prisa pero sin pausa.
Tengo que decir, hablando ya de la película en si, que la escena inicial también me sorprendió aunque no es la primera vez que vemos a Cary Grant o a algún otro galán de aquella época siendo rudo con su pareja actoral en la película en cuestión. Además, a lo largo de la cinta, en algunas de las conversaciones menos humorísticas se descubre claramente que los problemas con el alcohol del personaje de Grant le hacían ser violento seguramente aunque no se aclara si física o verbalmente porque al fin y al cabo parece no tener importancia para la trama aunque si da lugar a que se pueda debatir sobre el mensaje de fondo de este film.
De nuevo estamos ante una comedia de humor entre lo absurdo y lo cínico, gran parte de los diálogos lo son, donde lo que cuenta es eso, esas conversaciones en los días previos a la boda, donde, como en "Charada" seguramente muchos puedan acabar algo decepcionados en cuanto a la profundidad de la historia en si. Las intervenciones de la niña son geniales en ese aspecto.
La diferencia con la película mencionada es que aquí si que hay un cierto trasfondo más dramático que aparece sobre todo en la recta final de la película; el de una mujer a la que todos tratan como si fuera fría pero a la que no entienden de verdad y la que en varias ocasiones tratan de una manera bastante cruel a mi parecer.
Todo ello se magnifica cuando el alcohol entra en escena en la fiesta de la víspera del enlace y que es donde, a mi parecer, James Stewart lo hace de manera sublime, llevando al extremo a ese escritor fracasado o vendido a una revista de dudosa calidad para poder pagar las facturas —tema que estará muy presente también en las conversaciones entre los periodistas a lo largo de todo el metraje— y superando con mucho a un Cary Grant que está notable haciendo lo que mejor sabe hacer y solo un poco por encima de una maravillosa Katharine Hepburn que, al igual que le sucede a su personaje, será capaz de hacernos reír y llorar por igual según el momento de la película en que nos encontremos.
Una gran película de un George Cukor que, junto a sus guionistas, consigue no solo hacer una muy buena comedia absurda pero inteligente, sino que también, si prestamos atención nos da qué pensar y nos hace plantearnos si las cosas se deben tomar a la ligera o si, como pienso yo, es mejor a veces, pensar bien lo qué se dice antes de decir lo que se piensa.

2 comentarios:

  1. Un gran guión,grandes interpretaciones,un gran ritmo que nunca se detiene,y lo más importante,una gran película.
    YA ni siquiera me acordaba de este largometraje.BUENA CRÍTICA!

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    1. Muchas gracias Antonio por tu comentario. Ciertamente es una gran película que tras una apariencia de comedia tiene mucha miga.Y sin duda los actores son magníficos, de hecho el papel a James Stewart le valió un Oscar Un saludo.

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