No sé si seré el mejor marido pero si que estoy seguro de que ni en mis sueños imaginé nunca que ib a tener una esposa y compañera de vida como tú. Si hay algo en lo que me ha sonreído la vida es en estos últimos años convulsos, eres tú. Y después del momento moñas vamos con lo importante, hablar de esta maravilla, una más, de Hitchcock.
Poco más puedo decir ya de Grant porque siempre lo bordaba sin importar el género y sus trabajos con Hitchcock son una muestra constante de ello. Las dos féminas coprotagonistas le dan la réplica perfecta con escenas maravillosas como la mencionada por mi amada en el mar y también en los momentos que comparten a solas cada una con Grant.
Hablando ya del genio Alfred, las tomas en las persecuciones de coches y lo bien que transmite la tensión cuando Kelly va conduciendo, a pesar de la obviedad de que muchos momentos son rodados en estudio con el coche sin moverse del lugar me parecen dignas de elogio. Las caras de Cary, como siempre, impagables. Además quién no ha intentado pisar el freno como él cuando vas de copiloto con alguien que connduce como un loco.
Quizá por haber visto ya tanto cine, lo que menos pueda sorprender sea el guión, porque hoy el tema del ladrón que ayuda a la policía o que va a por otro ladrón es algo recurrente. Así con todo, los giros, aunque se vean venir, son suaves, a diferencia de la conducción de Grace, y los disfrutas hasta llegar a una resolución que te mantiene el corazón en un puño en esos verdes tejados. Una más de mis pendientes vistas y otra que se cuela entre mis preferidas.
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