jueves, 12 de junio de 2014

X-Men días del futuro pasado ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?


Esa es la pregunta que nos asalta después de ver "X-Men: Días del Futuro Pasado".
La respuesta para mi puede empezar por decir que estamos ante una película de grandes escenas, pero con una trama bastante irregular y muy de cara a tratar de contentar a los seguidores de ambas visiones del mundo de los mutantes más conocidos en esto de los cómics. Me refiero a la trilogía original y a la nueva saga de "precuelas" iniciada por Singer con "First Class".
El que mucho abarca poco aprieta es un dicho muy cierto y creo que eso es lo que ha pasado con esta nueva entrega de X-Men. Se quiere introducir a tantos personajes y tantas subtramas en tan poco espacio de tiempo que todo queda un poco a medias. El futuro se nos muestra repleto de acción con unas batallas espectaculares contra los "Centinelas", que no nos dan respiro alguno, pero carece de la profundidad que si tiene el pasado, donde se nos cuentan más cosas y con más detalle, pero la acción es más descafeinada, sobre todo con un Lobezno venido a menos al no tener aun sus garras de Adamantium.
En particular siempre echo en falta que le den más protagonismo, aunque sea como secundario, a Coloso, el cual por cierto, mejor con el diseño de las primeras pelis, donde no solo se parecía mucho más al de los cómics, sino que no semejaba un clon del T-1000 de Terminator.
Entre tantos personajes y por ende actores interpretándolos, es difícil destacar a ninguno. Creo que me quedo con Jackman, con un Lobezno mucho más trabajado en la interpretación que en sus últimas apariciones en solitario, y con un físico de bandera.
Del resto diría que están simplemente correctos, siendo incluso la presencia de muchos testimonial. De Fassbender a Lawrence, pasando por McAvoy y los veteranos Ian McKellen y Patrick Stewart, todos tendrán sus momentos en los cuales demostrarán su capacidad interpretativa pero serán retazos nada más.
Es de justicia reconocer la labor de Peter Dinklage, que nosdemuestra que hay vida más allá de Tyrion y Juego de Tronos, pero que queda muy desdibujado en su papel de némesis por las continuas luchas intestinas entre los propios mutantes.
Algo que me dejó boquiabierto mientras esperaba a la típica escena final tras los créditos fue la maravillosa y potente banda sonora que, curiosamente me pasó desapercibida durante toda la película. O yo estuve sordo a ella o los efectos no me dejaron apreciarla...
Esperaba bastante más de esta película tras lo maravillado que quedé con su anterior entrega. La mezcla de ese futuro oscuro, intenso y totalmente desesperanzador —algunas escenas te dejan con el corazón en un puño— con esa resolución tan ñoña de la que se vale Singer me dejó con un sabor bastante agridulce.

El film tiene acción, humor del típico en este tipo de producciones, espectaculares efectos y caracterizaciones, un vestuario muy cuidado —este Magneto se come estéticamente con patatas al de las primeras entregas—, es decir, como entretenimiento cumple. Me falla en que, con una trama que supuestamente debía ser más profunda que la de la anterior entrega, me ha dejado con la sensación de que en realidad no me han contado casi nada. Un poco de todo y un mucho de nada por decirlo de alguna manera.
Como blockbuster funcionará de una manera apabullante en taquilla a nivel mundial, pero como película de los X-Men me quedo con las primeras entregas de ambas sagas antes que con estos días del futuro pasado.

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