La lista es tan larga y las obras maestras tantas que resulta sumamente difícil escoger una película para nuestra noche de clásicos, aunque independientemente de cuál sea es siempre una noche mágica y especial, tan especial como tú querido. Así que en esta ocasión me decanté por esta cinta de Hichtcock de perturbador comienzo que yo definiría como un melodrama gótico. Nuestra protagonista, Joan Fontaine, es una joven humilde que trabaja como dama de compañía de una ricachona ligeramente déspota. Durante una de sus visitas a Montecarlo conoce al rico y viudo Maxim de Winter/Laurence Olivier. Su enamoramiento es tal que de inmediato se casan trasladándose a la mansión Manderley donde una más que inquietante ama de llaves le recordará constantemente la hermosura y elegancia de la anterior Sra. de Winter, Rebeca.
La primera parte hasta que finalmente se trasladan a la mansión resulta realmente tediosa y falta de fluidez, digamos que carece del encanto que se presume a un flechazo de este calibre, como una Cenicienta y su príncipe. Laurence Olivier me parece muy forzado en su papel, sin un ápice de química con su pareja cinematográfica, resultando sus escenas amorosas como si estuviera besando a una mugrienta y harapienta Cenicienta. Joan Fontaine encarnando la joven y tímida esposa de pocos arrestos, realiza bajo mi punto de vista una buena interpretación aunque en más de una ocasión dan ganas de zarandearla para que espabile. La palma se la lleva el ama de llaves, la Sra. Danvers/Judith Andersson con un rostro que raya en la locura y una relación un tanto enfermiza con la anterior Sra. de Winter. La música de la cinta me gustó mucho desde el primer momento y como en muchas otras obras del cine clásico, seguramente muy conocida por muchos de vosotros. A pesar de todo lo comentado considero que aunque es una buena película dista mucho de ser de las mejores de Hichtcock bajo mi humilde punto de vista. Ganadora de dos Oscar, a mejor película y mejor fotografía, es de esos clásicos que bien merece al menos un visionado. Por suerte para mí ningún ama de llaves me dirá que las habitaciones del Motel están decoradas al gusto de la anterior Sra. Purgatorio, porque la Sra. Purgatorio soy yo.
Como ya ves, la habitación que es tuya en exclusiva siguió tal y como la dejaste cuando tuviste que irte pero ni hubo antes no habrá después ninguna otra Sra. Purgatorio. Lo de la decoración además lo dejo totalmente en tus manos. igual que la elección de los clásicos, porque ya sabes que esos temas a mi se me dan mal tirando a fatal.
Es muy difícil aportar algo distinto a lo que ha dicho mi amada porque realmente creo que para pocos resultará difícil darse cuenta de que en este film a "Tito Alfred" se le nota que eso de hacer introducciones largas en sus historias no le funciona excesivamente bien. Si nos damos cuenta, es un director que siempre nos mete muy rápido en el meollo del asunto y opino que si la cinta hubiera empezado cuando los recién casados llegan a esa mansión que asusta nada más verla, igual que a la joven protagonista, no nos habríamos perdido nada y la manera de ser de la segunda Sra. de Winter habría quedado bastante clara en la interacción con el servicio de la casa y con su marido.
Es impactante para mi ver tan poca química en estos visionados de cine clásico como la que vemos entre Olivier y Fontaine, dándome la impresión incluso en algún momento que cuando él intenta ser cariñoso con ella por una escena, la joven de alguna manera lo aparta de sí. Es que generalmente en estas películas transmiten tanta pasión y tanto deseo con tan poco que me noto que me falta algo cuando eso no sucede. Además he de decir que al menos en esta cinta ninguno de los dos que encabezan el reparto me ha dejado esa sensación que si me dejaron Audrey Hepburn, Cary Grant o tantos otros. Incluso me atrevería a decir que me quedo con los secundarios pues me dejaron mucho más satisfecho en términos generales.
En los aspectos técnicos si que considero que Hitchcock vuelve a demostrar que es un genio del suspense, con planos geniales, juegos de luces y sombras impresionantes y sabiendo esconder el giro muy bien casi hasta el final para sorprendernos y que suframos con esa muchacha que no sabe muy bien qué hace en esa casa ni en ese matrimonio y que demuestra en el último tercio del metraje una fuerza y una personalidad inesperadas.
Un buen film, como suele ser habitual en el que me atrevo a decir a falta de ver muchos clásicos, que difícilmente será desbancado como mi director favorito, que habría sido mucho más redondo simplemente con acortar bastante la parte inicial y cumplir esa frase que se atribuye al maestro de que ninguna película debe durar más de lo que aguante la vejiga humana. Qué ganas de la próxima peli cariño con ese caprichito que me has permitido :)
¿Sabías que la propia Fontaine dijo que la Sra. Danvers era odiosa tanto dentro como fuera de rodaje? La eligieron bien.
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