Como suele ser habitual, la manía de traducir los títulos de las películas en nuestro país le quita el sentido al mismo aunque sea cierto que nuestro protagonista afronta un desafío que él mismo se impone al querer superar sus propios límites como funambulista y malabarista.
He leído por ahí a compañeros y seguidores del Motel que se les hizo algo lenta en su primera mitad y he de decir que aunque a mi no me pasó en la misma medida, entiendo ese sentir. La forma de narrar escogida por Zemeckis es de las que, o te mete de lleno en la historia o te saca, te corta el rollo, constantemente si no se conecta de manera absoluta con ella. Personalmente me quedé a medio camino, porque cierto es que a veces la voz en off que narra se agradece por la carga emocional o sentimental que pueda tener, pero que además veamos a quien narra puede hacerse excesivo, máxime si, como me pasó a mi en algunos momentos el personaje, que no el actor, se os hace un poco pedante, rozando lo insoportable.
Philippe Petit/Joseph Gordon-Levitt es a la vez lo que hace grande a esta historia y lo que impide muchas veces empatizar como es debido, no con su hazaña, con la que flipas en colores —qué pena no haber podido verla en 3D porque a la persona que me acompañó no le era posible— sino con el hombre en sí. Dicen que los genios siempre tienen un toque de extravagancia pero también lo suelen tener de vanidad y egoísmo, al menos cuando su campo consiste en llamar la atención del público. Esto es algo que queda demostrado también en la elección del resto del reparto, donde salvo Ben Kingsley, nadie nos suena demasiado o anda pero no importa, porque seremos conscientes de que, si la historia real fue así, quienes rodeaban a Petit eran poco más que atrezo. Se vive su sueño, se sufre por él y para él pero en realidad nada más importa. En todo caso, el reparto cumple a las mil maravillas.
Zemeckis nos recuerda a aquél que sabía emocionar y divertirnos partiendo de premisas sencillas como lo hizo en su momento con Forrest Gump pero a esta nueva cinta le falta calado emotivo para llegar más alto, irónico desarrollándose el momento cumbre donde se desarrolla, y aunque la última media hora es impagable sobre el cable creo que hay demasiado hincapié en la preparación y poca profundización en ninguna de las subtramas. Hay cosas que suceden en treinta segundos, teniendo que imaginar el resto de la relación entre los personajes, mientras que se dedican minutos a aspectos como el grosor del cable, anclajes y demás que al público le suenan a chino.
Indudablemente si queréis verla como se merece lo suyo sería aprovechar si aun está en vuestras salas más próximas y en 3D que debe ser una pasada algunas de las escenas finales. Se os puede hacer lenta o incluso aburrida si os sucede lo que a otros con la primera hora o así de metraje pero como cada persona es un mundo eso solo podéis saberlo una vez vista.
¡Ganazas de verla! Vi el trailer en 3D y ya me impresionó con eso.
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