lunes, 5 de octubre de 2015

Guerra mundial Z, cuando los zombis aprendieron a comportarse como hormigas

Hoy vamos a analizar una de esas películas que adapta un libro de culto —curioso que para eso baste tan poco tiempo, lo cual dice muy poco en favor de la literatura zombi anterior— y que, como suele suceder, fue pisoteada, arrastrada por el barro, vuelta a pisotear , vuelta a ser arrastrada por el barro... Así llevamos desde que se estrenó en 2013.
A ver, yo leí la novela de Max Brooks y hasta el momento, aunque hace ya un par de años que no leo nada de podridos, no ha pasado ante mis ojos un libro mejor sobre el tema ni mejor escrito pero, seamos sinceros y lógicos; la forma de contar la historia que se utiliza en esta obra es a modo de entrevistas o recuerdos de supervivientes de la pandemia zombi. Así las cosas, para mi era bastante obvio que todo iba a ser muy genérico al trasladarse al celuloide.
Viéndola de nuevo en la televisión este pasado sábado me di cuenta de dos cosas:
1. Que es muy mala idea abusar de lo digital cuando no hay presupuesto.
2. Que es una de las películas de muertos vivientes o infectados que mejor consigue mantenerte en tensión desde el principio.
Si profundizamos un poco en esto, veremos unos maquillajes muy buenos en muchas escenas cercanas o donde hay pocos caminantes pero luego sentiremos vergüenza ajena al ver a los seres en su versión digital que para algunos momentos son inevitables pero que en otros, como esa mujer que se une a la marabunta, pienso que se podían haber estirado y usar personas de verdad con caracterizaciones.
Luego está el tema de mantenerte en estado de alerta todo el tiempo, o casi todo, que no es algo fácil de lograr y que aquí lo consiguen a la perfección en mi modesta opinión. Es probablemente el mejor aspecto de la película, que se centra en la acción y que tiene un guión sencillo en el que no te pierdes y te puedes dedicar a dejarte llevar por esa adrenalina que generan unos zombis que van hasta el culo de Red Bull o algo así y que lo mismo hacen unos placajes que ni en el mundial de rugby, que se comportan como una legión de hormigas para superar los obstáculos.
Ahora llegamos al otro gran activo de esta producción, el señor Brad Pitt, que consigue dotar a su personaje de la fuerza y la personalidad suficientes para cargar con casi todo el peso de la cinta y sin necesidad de tirar del drama fácil o de actos heroicos de esos que le ponen en peligro a él y a sus seres queridos, cosa en la que, teniendo en cuenta que es también productor, seguro que tuvo parte de culpa. En ese sentido todo ayuda al realismo, ni es un superhombre ni el típico idiota que no sabes ni cómo logra seguir avanzando. Está secundado por un buen reparto coral en el que destacaría a la actriz que encarna a su esposa.
En resumen, tenemos un film de muertos vivientes que como tal funciona muy bien, con un apartado técnico más que decente, una buena banda sonora y un ritmo narrativo que te mantendrá pendiente de la pantalla. Como adaptación sea probablemente una de las menos fieles que te puedas echar a la cara pero también pienso que la única forma de haber conseguido eso habría necesitado de una serie de televisión o de mucho más presupuesto del que seguramente tuvo para afrontar la realización de algunas de las historias del libro que más se echaron en falta.

2 comentarios:

  1. No he leído el libro, pero a mi la verdad es que me entretuvo bastante. Demasiado dopados los zombies, pero lo demás me pareció acertado.

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    1. Buenas Isabel,
      entiendo que a mucha gente le decepcionara como adaptación pero hay pelis de zombis mucho peores que tienen mejor prensa que esta.

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