sábado, 10 de octubre de 2015

Regresión, la terapia para recuperar recuerdos le funciona a medias a Amenábar

Tardar seis años en estrenar tu siguiente película es un arma de doble filo porque por un lado te da tiempo para apartarte de todo y trabajar, no solo mucho, sino incluso en la idea que quieres plasmar en tu regreso, hacer uso de la práctica del ensayo y error hasta dar con eso que te hace exclamar "Eureka"; por otro lado, tanto los que aun tenían confianza en ti como los que creían que poco o nada quedaba del director que les entusiasmó en sus inicios acaban teniendo unas esperanzas/expectativas que hace muy complicado cumplirlas si no sale todo redondo.
Amenábar ha hecho uso de esa misma técnica que vemos en su film, la regresión, buscando recobrar sus orígenes, el de aquel cine oscuro, que vivía en gran parte de la ambientación, en la que sigo considerando que Alejandro es un maestro, y de guiones sencillos, que no simples, pero efectivos y poco efectistas. Seguramente ese es el gran fallo de esta cinta, el guión.
Cuando avanzamos en la trama somos conscientes de que se ha ido a lo fácil, como pasó hace poco con La visita de Shyamalan, con situaciones demasiado manidas ya, con unos diálogos que, salvo quizá entre el detective y el psicólogo se ven demasiado básicos para lo que un guionista como lo es Amenábar ha demostrado que es capaz de ofrecer. Eso hace, desde mi punto de vista, que a veces falte pasión en las interpretaciones, que no son malas ni mucho menos, pero si he de pensar que Emma Watson es ya una actriz consagrada más allá de "Harry Potter" y que estoy ante una de las grandes de los años venideros, no será gracias a su papel en este film. Tampoco voy a decir que Ethan Hawke me haya entusiasmado pero cumple con el mínimo exigible y tiene algunos momentos destacables demostrando que a día de hoy es el mejor del reparto con diferencia.
Creo que una de las cosas que más daño ha hecho a esta producción, más allá incluso de las expectativas genéricas, es que nos la han vendido, como pasara en su día con el recurrente Shyamalan y sus películas "El bosque" y "La joven del agua", de tal manera que esperamos algo muy concreto y cuando vemos qué es lo que ha estado pasando en la pantalla al legar al desenlace nos damos cuenta de que nunca ha sido eso. Esto no es algo que diga sin pruebas empíricas, porque fui al cine en compañía de otras tres personas y al acabar la proyección fue precisamente eso lo que me transmitieron. La cuestión es que todos sentíamos interés por ver el regreso de Amenábar, que no es que fuera por insistencia mía que soy el cinéfilo obseso.
Diré que me ha gustado ser consciente de sobre qué hablaba realmente la trama al ir descubriendo de la mano del protagonista las consecuencias de la regresión, pero creo que uno de los que fuera de los directores más prometedores y esperanzadores ha sufrido el mismo efecto que sus personajes a la hora de traer al frente esos recuerdos, algo que solo entenderéis si habéis visto la película. Técnicamente sobresaliente y con un Roque Baños muy inspirado a la batuta, casi todo lo demás carece del riesgo suficiente para hacernos creer que ha vuelto o volverá algún día el auténtico Amenábar.

1 comentario:

  1. Bueno bueno, al final tiras más por mi lado positivo que por el de la mayoría, me alegra mucho leerte y sobretodo con lo bien argumentado que está todos. ¡Saludos!

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