lunes, 12 de octubre de 2015

Los Goonies, una de aventuras para celebrar el medio millar


No puedo empezar a comentar sobre esta película sin antes deciros lo inmensamente feliz que me hace estar aquí hoy aunque sea de manera excepcional. Ni os podéis imaginar lo que echo de menos este sitio que siento como mi hogar, con su calor tan acogedor como el dueño del Motel.
Una entrada como la número 500 bien merecía una crítica especial y por votación popular la elegida fue Los Goonies. ¡Qué maravillosa elección! Allá que nos dispusimos a verla de nuevo y, a pesar de sus treinta años, ha resultado ser tan disfrutable como en nuestra adolescencia. Yo ya tenía mis diecinueve añitos pero me enamoré de esta cinta desde el primer momento. Y como tengo un espíritu joven, como muy bien me dijeron no hace mucho unos mozalbetes por twitter, la volví a disfrutar anoche junto a mi querido Sr. Purgatorio.
Aventura, misterio, persecuciones, chascarrillos y como no, su punto de romanticismo, hacen de esta una cinta obligado visionado para todo amante del cine de aventuras. Una película llena de anécdotas durante su rodaje con escenas rodadas en una sola toma, como por ejemplo el momento en el que los niños descubren el barco. Su cara de sorpresa no es fingida, para ellos fue una auténtica sorpresa ver aquel barco pirata que, estoy segura, todos nos habríamos deleitado en recorrer, aunque no fue esa la toma que usaron porque Brolin soltó un taco que era demasiado para una película como esta. O cuando los padres se reúnen con sus hijos, Data se encuentra con su padre, con su padre de verdad, tierno momento que no podía ser más auténtico.
"Tiene la cara hecha un lío" o "hueles a clase de gimnasia" refiriéndose a Sloth o "un goonie jamás dice muerto", son frases que permanecerán para siempre en la memoria colectiva de los que rondan los cuarenta (y los cincuenta también). Adorables son todos y cada uno de sus personajes igual que el dueño de este Motel con el que os dejo para que disfrutéis de su análisis pasional y tierno porque él es así y por eso lo adoro.
Qué sufrimiento fue vivir los últimos días de la votación cuando, quizá anticipándome demasiado, le dije a mi señora que si ganaba "Los Goonies", iba muy destacada para el número total de votos, quería que ella estuviera en esta pequeña celebración que es llegar a 500 entradas en el blog sin haber llegado a los dos años. Desde aquí quiero agradeceros la gran participación, porque para un alojamiento tan modesto como el nuestro, 64 votos únicos en dos semanas es mucho más de lo esperado.
Volver a ver esta cinta tras tantos años sin hacerlo y más aun con otra persona que la adora y a la que adoras ha sido maravilloso, aunque sea en la distancia, comentando casi cada frase de las decenas con un gran y blanco sentido del humor —aunque me sorprendió la cantidad de tacos que decían los chavales viniendo el film del mercado norteamericano—, patente sobre todo en el enorme "Gordi", para mi sin duda el mejor personaje de largo de la producción.
Es que ha sido increíble porque ha sido como tener un flechazo de nuevo, un volver a enamorarse a primera vista en cuanto suena la magnífica banda sonora de Dave Grusin, un compositor al que desconozco y que no sé si hizo algo de más importancia que esto a lo largo de su carrera, y nos presentan a todo el elenco con el que viviremos casi dos horas de aventuras sin cesar.
Está claro que esta es de esas pelis que marcaron a una generación o, más bien, a toda la gente que conectó con ella de manera muy personal cuando se estrenó o cuando la alquilábamos en el videoclub en el caso de otros. Es complicado no identificarse con alguno de los jóvenes, que además hacen algo que, seguramente, de algún modo muchos han hecho de otro modo, es decir, intentar ayudar a sus padres con lo poco que tenían; en unos casos es una hucha con forma de cerdito, en el caso de esta película los chavales lo apuestan todo a un sueño.
A lo largo del tortuoso camino que les conducirá hasta el tesoro de "Willy el Tuerto" veremos cómo terminan algunos de ellos ese proceso de madurez que la ejecución de las hipotecas de sus casas —tema muy en boga hoy en día tristemente—, con especial atención a la conversación referente a los deseos.
"Los Goonies" tiene un guión sencillo, una historia donde lo que importan son las relaciones entre los personajes y por ende los diálogos tienen un peso brutal, lo cual explica que se hayan cuidado tanto y que pueden parecer un tanto infantiles, algunos de ellos, pero que son maravillosamente adecuados para cada personaje y situación. Escrito por Chris Columbus sobre una idea de Spielberg y rodada por Richard Donner, director entre otras de la saga "Arma letal" y "Lady Halcón". Ahí es nada el trío que se nos juntó para crear este diamante del cine ochentero. Ojalá hoy en día fueran capaces, ellos mismos, o alguno de los directores actuales de hacer este tipo de cine para que nuestros hijos pudieran disfrutar esas mismas sensaciones en pantalla grande. 
Otra cosa que dejó fue al menos un par de actores que luego han conseguido o bien ser considerado un grande en los últimos años, Josh Brolin, o cuando menos meter la cabeza en otra producción que haría historia en el cine como "El Señor de Los Anillos", como es el caso de Sean Astin.
Seguro estoy de que visitaré de nuevo a Sloth, Gordi, Bocazas, Mikey, Data y los demás para vivir de nuevo estas aventuras con ellos, aunque vuelva a pasar años sin hacerlo, porque con los amigos de toda la vida es así, puedes estar la tira sin cruzarte con ellos que en cuanto te sientas a charlar, todo fluye como si hubiera sido ayer la última vez que los viste. Eso mismo ha demostrado mi amada compañera Aurora, que ha vuelto a poner de manifiesto que tenerla de co-propietaria durante el tiempo que fue posible fue todo un acierto. Espero que cuando llegue la entrada 1000, su "Habitación de invitados" y los "Clásicos con Aurora" hayan vuelto y contribuido a alcanzar esa cifra que queda lejana y da mucho más vértigo que la que celebramos hoy.

1 comentario:

  1. Ains... una película indispensable que todo niño debería ver por lo menos una vez en la vida. ¡Gran entrada! ¡Feliz 500!

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