Crash, boom, bang, splash, boing, y muchas más onomatopeyas servirían para definir lo que esta nueva película de catástrofes naturales nos va a ofrecer en pantalla. Eso y saber que la protagoniza Dwayne Jhonson debería ser más que suficiente para entender que nos encontramos ante una película de encefalograma plano tan típicas de la época veraniega.
Una vez asumido todo eso, nos sorprenderá que, pese a lo inverosímil de muchas de las situaciones que se vivirán, sobre todo en lo referente al helicóptero, los personajes no son estúpidos y lo que saben hacer tiene una base real, o sea, no es que un ejecutivo de una gran empresa se convierta de repente en Bear Grills. Además piensan con lógica y utilizan los medios a su alcance de manera racional; prestad especial atención a la escena en el parking.
Las actuaciones no van a ser el fuerte de esta producción y Jhonson da la talla en lo que se refiere a la acción y en lo dramático lo intenta pero parece que el presupuesto no llegaba para usar algo que hiciera brotar lágrimas en un par de escenas donde da un poco de pena ver el esfuerzo de este hombretón y que no salga ni gota; aun con todo no llega a llorar tan mal como lo hace Arnold.
La trama tarda algo en arrancar para que Paul Giamatti demuestre que es el mejor actor del casting y mostrarnos la historia familiar del personaje de "La Roca" y la relación que mantiene con su ex y su hija. Como sabéis es conditio sine qua non para que una cinta de estas características funcione, vamos, que una familia feliz y prototípica no funciona, esas suelen palmar a las primeras de cambio abrazadas mientras son aplastadas por los edificios o arrasados por los tsunamis.
Por lo tanto, vamos a disfrutar de una destrucción masiva a escala XXL pero sin perder de vista ese ingrediente también imprescindible que es el repetido y constante, "boing, boing, boing". ¿No sabéis a qué me refiero? A ver cómo lo explico... ¿os acordáis de las chavalas de "Los vigilantes de la playa" y sus carreras por la playa? Lo del boing está claro entonces. Pues Carla Gugino tendrá su momento, pero como ya tiene una edad —para lo que es el público masculino en general, porque la mujer está de muy buen ver— el festival de botes mamarios le corresponderá a Alexandra Daddario que según he mirado salía en True Detective y en más series y películas pero yo no la recuerdo la verdad. No os equivoquéis, será ella quien demuestre que tener un padre que trabaja en los servicios de emergencia tira más que dos carretas aunque el resto del tiempo el director tirará de otra cosa. Supongo que quería aprovecharlo para la versión 3D.
Entretenida, inverosímil, como todas las de su especie, con una banda sonora por encima de la media en este tipo de productos veraniegos y con unas cuantas escenas donde te mantienen en verdadera tensión —frenad las hormonas que las niñas de la Daddario se quedan siempre dentro de su casita— el mayor terremoto de la historia de la humanidad, en el mundo de esta película claro, cumple con su cometido.
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