Erratas sin fe y fuentes a pie de página

Cuando llevas un año y pico con la cuenta de tu blog en twitter ves muchas cosas, te das cuenta de muchas otras y además, si eres como yo, te metes en muchos "embolaos", propios o ajenos, pero es así como consigues ser consciente de cómo funciona el mundillo del cine en las redes, en particular, revistas, webs y blogs, y confirmas que en el ámbito literario siguen cometiendo los mismos errores de base. Hoy vengo a hablaros de dos temas pero que se resumirían en que hoy, todo vale.

Como vivo con una hora de retraso, de reloj, no mental que de eso ya habría que mirarlo, es normal que vea cosas que se me escaparían de estar soñando ya con los angelitos como la imagen que compartió mi paisano y seguidor @SendinoMcFly de una errata cometida por una revista de cine, de las que se venden en los quioscos, que no solo tienen web, sino que hay que pagar por leerla y que habrá gente que viva de ese dinero que tú te dejas cada mes comprando su publicación. Os dejo la imagen:

A ver... Resulta que al final contestaron al amigo Sendino diciéndole que era cosa de los duendes de la informática. Vamos, que tú, que vives de hablar de cine, sabes que 500 días juntos/500 days of summer en castellano se escribe como yo he dicho pero va el procesador de textos o el programa que uses, muy cachondo él, y te pone 500 días de verano, claaaaaaaaaaaaaaro. Yo más bien, porque es lo que me suele pasar, diría que, además de un error que no debería cometerse, los periodistas de esta revista no revisan como deberían los artículos antes de publicarlos. Luego claro, está el hecho de que siempre es más fácil echar la culpa a la tecnología o a otros porque reconocer la falibilidad —de error, no tiene nada que ver con el miembro viril masculino— es como muy difícil.

Pero estos compañeros no son los únicos, a veces en tu timeline tienes que ver como webs que quieren ser grandes se tienen que retractar y disculpar con empresas como "Cinesa" por haberse hecho eco de una noticia de otro medio sin contrastarla. Evidentemente la culpa es de ese otro, no de quien quiere ser de los primeros en transmitir esa noticia por las redes.

Yo fui vigilante y ahí te comes muchos marrones pero algo que se me quedó grabado fue el curso que nos impartieron antes de entrar a un servicio en una conocida cadena de supermercados. El formador nos puso como ejemplo de lo que es asumir responsabilidades a su hija pequeña. Lo transcribo lo mejor que puedo:

La niña en cuestión hizo rodar un bolígrafo/rotulador hasta hacerlo caer de una mesa y eso generó la siguiente conversación entre padre e hija:

—¿Qué ha pasado cariño?

—Se ha caído papá.

—¿Seguro?

—Bueno...

—No, cariño, no se ha caído lo has tirado.

Es una lección simple, ¿no? A mi es lo que me han enseñado siempre, que mis errores son míos y son mi responsabilidad. Todos hemos echado balones fuera, no voy a decir que no pero si sé que si algo es culpa mía, no se lo intento colgar a una máquina o a otro compañero y os aseguro que no es fácil y no es agradable pero al menos a la larga vives con la conciencia más tranquila.

Creo que este tema ha quedado bastante claro y os dije que íbamos a hablar de dos cosas hoy y prefiero no extenderme que luego os aburrís.

El otro día, @GpAurora, me dijo que se había encontrado con algo muy extraño al darse cuenta curioseando en las estadísticas de blogger que le llegaba tráfico desde un blog desconocido que había copiado y pegado una reseña suya. Esa entrada habría estado en el Motel de no haberse ido ella pero no me pareció justo que se publicara aquí cuando ella ya no iba a estar y no me gusta ganar visitas con trabajo de los demás, por muchas o pocas que puedan ser.

Así las cosas, fui yo y no ella quien pidió cuentas a esta gente a través de twitter públicamente porque empiezo a estar un poco cansado de la cara que le echan algunos. Curiosamente resultó que era el blog de la editorial del libro reseñado; me resultó curioso porque en ningún lugar del bog especifican que sea una empresa dedicada a la publicación de libros.

Los que ya me conozcáis os imaginaréis que tuve una agria polémica con estos señores, una conversación en la que nos amenazaban por haber usado una imagen, la de la portada del libro, y uno de los poemas, que están ambos bajo copyright en la susodicha entrada. Esto también es sorprendente, porque el autor publicó en su blog personal la reseña de Aurora, en el típico autobombo del que viven estas pequeñas editoriales y sus escritores, donde reproducía también en su totalidad el trabajo de la antigua copropietaria del Motel. Al final pasaron de gritarme, usando mayúsculas en twitter, a ir reculando y reculando cada vez más.

¿Por qué pasan de amenazarte a estar más suaves? Primero porque saben que están haciendo el ridículo desde una cuenta oficial pero también porque ellos están haciendo lo mismo, no solo con ella, sino con todos a los que les copian y pegan el trabajo en el blog de la editorial. Para ellos es suficiente con poner al final el link a la entrada original, pero no. Si usted coge el trabajo de otra persona, lo mínimo es avisar y si no se avisa, al menos tomarse la molestia de escribir unas líneas antes de pegar el trabajo de esa otra persona en su web, dándole el mérito, mencionando a ese blog y poniendo el link al principio, que seguramente habrá tantas opciones de que alguien lo pulse y se de tráfico al blog modesto pero por lo menos se reconoce la labor de quien ha hecho el trabajo.

No os equivoquéis, que hay más supuestos, como esos que usan la opción de wordpress para compartir entradas de otros blogs en el tuyo y acaban por tener algo que ni escriben ellos ni se curran ellos. Eso por ejemplo le ha sucedido a @Cinefila_91.

Vamos a ir terminando y para ello usaremos el título de la entrada de hoy. Antes las revistas tenían una sección en la que se disculpaban y transmitían los errores cometidos en anteriores números, la "fe de erratas". Hacerlo no demuestra que no sabes lo suficiente, demuestra que errar es de humanos y rectificar es de sabios. Y luego, si alguien coge literalmente, palabra por palabra, una entrada mía, tanto si me avisa como si no —en este último caso ayudará a que me mosquee menos si lo descubro— que se moleste en decir que es mía y conducir al Motel ANTES de pegar mi texto. Yo no trabajo para que me pongas a los pies de tu página y además lo hago gratis, así que lo menos que deberías hacer es darme el mérito a mi.