Hacía mucho tiempo que no me ponía frente a la televisión para verme una película de animación y mientras buceaba por entre las cientos de cintas disponibles en el videoclub de Yomvi, fue ver el poster de esta pequeña joya de Tim Burton, director al que adoro a pesar de sus altibajos, y no me cupo duda de cuál iba a ser la siguiente sobre la que me sentaría a escribir.
Nada más empezar nos embriagaremos con la estética "bartoniana", al menos quienes amamos esa faceta suya, y nos quedará claro que vamos a asistir a una vuelta de tuerca más en lo que a romance se refiere, porque la realidad es que casi todos los films de este director giran en torno al amor, historias casi siempre difíciles y muy intensas, de esas que sabes que seguramente acabarán bien pero no sin antes pasar por numerosas vicisitudes.
La atención al detalle que desprende todo desde el principio no se ve empañada ni siquiera por esa espada, que tiene la costumbre de estar clavada en nuestro pequeño amigo según conviene al guión casi que de un fotograma a otro; salvo por ese fallo de racord tan obvio, es una gozada distraerte de la trama e incluso de los diálogos para perderte en la búsqueda de todas esas minúsculas creaciones que forman a cada personaje y escenario del film.
Igual alguno se ha planteado que si nos ponemos a observar nos vamos a perder mucho de lo que nos quiera contar el guión del equipo de Burton pero la realidad es que lo que transcurre en pantalla es muy sencillo y nos sentiremos como cuando volvemos a casa, reconociendo cada habitación que vamos recorriendo. La originalidad de este amor a caballo entre el mundo de los vivos y el submundo de los difuntos no reside en lo escrito por los guionistas sino en lo visual, en ese universo que siempre es capaz de crear este cineasta, incluso cuando de él solo queda el nombre, como pasó en Pesadilla antes de Navidad. Ahí está su fuerza y eso es lo que hará que disfrutes como un enano de principio a fin o que te canses a los pocos minutos si su peculiar visión del mundo no te atrae especialmente.
La partitura a cargo de Danny Elfman, compositor de cabecera de Tim, unida a la ternura que desprende todo el conjunto la hacen disfrutable tanto en familia como en un entorno adulto, aunque cierto es que hay muchas referencias y conversaciones a lo largo de la película que solo serán entendibles por los más talluditos e incluso hay escenas que pueden resultar desagradables o repulsivas para personas extremadamente sensibles o para los más peques de la casa.
Sé que mucha gente me crucificará por esto pero mientras con las aventuras de Jack Skellington no he conseguido llegar a conectar del todo ni siquiera con un segundo visionado, con esta me enamoré desde la primera vez que la vi en cine y la tengo en DVD desde que salió. Supongo que el hecho de que aquí Burton si que esté al cien por cien durante todo el proyecto tiene gran culpa de eso. Recomendada para amantes del director y de la animación en stop motion, la cual conlleva un trabajo bestial pero con unos resultados casi siempre maravillosos.
Nota: 8
Muy buena película, pero para mí mi favorita es Coraline - supongo que porque me encanta el libro jeje -. ¡Un saludo!
ResponderEliminarHola Isabel,
Eliminarimagino que lo dices por la estética similar porque esa no la dirigió Tim Burton aunque a mi también me encanta, diría que tanto como esta ;)