Lo que vive Bridget/Renée Zellweger en esta adaptación del libro homónimo de Helen Fielding es algo que suena a la mayoría, no solo mujeres, aunque quizá en ellas sea como más evidente de cara al exterior la mayoría de las veces. Me refiero a las tan temidas crisis de los 30, 40, etc... En las que se busca desde giros profesionales, pasando por los vitales, a los sentimentales, con todas esas chorradas de "No me reconozco a mi mismo", "A esta edad esperaba ser X" que lo que demuestran es la falta de madurez emocional de la mayoría que, como la señorita Jones, buscan más los cambios estéticos que los que realmente te pueden llevar al siguiente nivel como persona. Eso es lo que acontece al menos en el primer intento.
El personaje, magistralmente interpretado por Zellweger, se debate entre dos mundos, representado en el típico triángulo amoroso, el de la felicidad estable y real que representa Mark Darcy/Colin Firth y el, aparentemente más divertido, sensual y deslumbrante que encarna Daniel/Hugh Grant. Y ahí está la grandeza de esta cinta, en el desarrollo de las personalidades, no solo de estos tres vértices, sino de el resto de líneas y ángulos que se empeñan en cortar tangencialmente la búsqueda del amor por parte de nuestra protagonista o de formar figuras aun más complejas. En ese sentido, me parecen impagables los padres y los amigos de Bridget aunque os tiene que gustar el humor británico o se os puede hacer pesado.
He de reconocer que me reí muchísimo con algunas escenas y que, como me pasa casi cada vez que aparece Firth en una película, me es inevitable identificarme con su papel. Si, existimos en la vida real personas así, que han comido mucha mierda pero que no van fardando por ahí de ello. A veces no te queda más remedio que poner las cartas sobre la mesa, como también le sucede a Darcy pero generalmente son los tipos como Daniel los que se venden bien y engañan, al menos durante un tiempo, a la incauta de turno. Así que os podéis imaginar lo que disfruté cuando solucionan sus diferencias.
Una de las cosas que más penita me da es ver a una mujer como Zellweger, cuando aun sabía ser ella misma y compararla con eso en lo que se ha convertido ahora después de pasar por el quirófano. Puede que le tocara coger unos kilos para interpretar este rol que la consagró y es innegable que hay muchos momentos en los que es más patito feo que cisne pero en un solo fotograma de este film se ve más de su belleza que en una sesión con el mejor fotógrafo y retoques posteriores de photoshop hecha hoy. Perdonad esta reflexión que no viene a cuento pero no he podido evitarlo.
A falta de ver Ghost estamos sin duda ante la más divertida de las elegidas para esta semana más "femenina" que nos hemos marcado buscando echarnos unas risas. Con Bridget las carcajadas han sido muchas y os recomiendo no dejar pasar las escenas añadidas en los créditos finales, algunas son memorables.
Nota: 7,5
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