Quinto acercamiento a la sección oficial del festival y primer documental que ya iba tocando. Se trata no tanto, o no solo, de un análisis del cine adolescente/juvenil de los noventa y de principios de este siglo sino más bien de mostrarnos, gracias a esas películas, lo que es el paso de la adolescencia a la vida adulta o al inicio de la misma.
Si has nacido en los ochenta o los noventa, muchos de los films que desfilan por el montaje de este documental de Charlie Lyne los habrás visto o te sonarán al menos. Reconozco que en mi caso las únicas que soy plenamente consciente de haber disfrutado en su día son las que se encuadrán en el género de terror como "Jóvenes y brujas", "The faculty" y "Jeepers Creepers", pero hay muchas más que seguramente serán muy reconocibles para la mayoría.
La estructura es la de varios capítulos en los que se nos van contando las diferentes fases por las que pasa un adolescente tanto en lo que es el instituto, como en la propia adolescencia en sí. Eso me parece acertado y el inicio me resultó bastante interesante aunque la deriva lo fue cada vez menos porque me dio la sensación de que se iba tirando cada vez más por la senda del morbo, al menos con las imágenes.
También he de decir que hay algunas interpretaciones que hace el autor del documental, curiosamente en su mayoría referentes al cine de terror, que me parecen demasiado profundas aunque sea cierto que de alguna manera se reflejan determinadas cosas. También me resulta curioso que se considere que hay mucho "homoerotismo", o sea que los personajes masculinos de varias películas en realidad son gays pero no lo reconocen y uno de los fundamentos para eso es que si el ser malvado prefiere matar al chico que a la chica eso significa algo... entonces todos los psicokillers que matan sin importar sexo, ¿son bisexuales?
En resumen, hay reflexiones muy acertadas pero luego llega un momento en que da la sensación de que, aprovechando que en esa época de la vida los chavales van más salidos que la esquina de un balcón y que son sacos de hormonas, nos bombardean con escenas de contenido sexual a la más mínima ocasión. Pero bueno, si cada vez más se hace eso con las series como reclamo igual soy yo el que soy raro, pero me corta mucho el rollo que me estés contando algo más o menos profundo sobre la evolución del adolescente para acto seguido plantarme de nuevo escenas que no encajan muy bien con el capítulo que estamos viendo dentro del documental.
Interesante para nostálgicos —veremos incluso a Mark Ruffalo por ahí y a muchísimos otros— y para quienes crecimos con muchas de esas películas, aunque quizá no coincidas, como es mi caso, con los sesudos análisis que se hacen en determinados momentos. Un acierto también tener a Fairuza Balk como narradora, que fue una de las musas de aquel cine, aunque habría estado bien que al menos en algún momento se la sacara en pantalla. Quizá el homenaje habría sido aun más patente.
Nota: 5,5
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