Para entender lo que Ross Sutherland hace en este documental, para conectar de verdad con él hay dos opciones, que su manera de contar lo que cuenta te llegue, o que, lo que de verdad se esconde tras este homenaje a su abuelo sea algo que hayas vivido en persona. Mi caso es este último.
Para mi, disfrutar de su forma de contarnos las cosas, repitiendo las mismas imágenes de ese VHS que recuperó y con unas rimas que al traducirse queda algo desvirtuadas me costó mucho, aunque algunas me gustaron. En definitiva, lo que quiere Sutherland es transmitirnos su experiencia vital y poner sobre la mesa cosas que son muy reales y por las que todos antes o después pasamos.
Realmente no se nos prepara o no estamos preparados la mayoría de las veces para afrontar una pérdida; no sabemos cómo reaccionar, no sabemos qué decir. ¿Podíamos haber dicho más veces te quiero a esa persona o te amo a nuestra pareja? ¿Podíamos haber visitado más a nuestro abuelo pese a lo duro que es ver el deterioro en alguien a quien quieres?
Lo dicho hasta aquí son cosas de las que se habla en el documental y con las que todos nos podemos identificar pero cuando la cosa avanza y Ross se va abriendo a nosotros y va contando más cosas de sí mismo, nos damos cuenta de que, estamos ante una forma de terapia. El hacer ese documental, el hablar de los recuerdos con su abuelo, su trabajo, etcétera son un vehículo para sacar fuera los Demonios de algo tan duro como conocido para mi, la depresión.
Si no has pasado por ello o no estás en ello es muy complicado entender lo que de verdad está haciendo el director de este atípico documental. El primer paso, que es reconocerlo es el más complicado pero el siguiente, conseguir el cambio de actitud, el cambio vital, necesario para empezar a salir de eso no lo es menos y, aunque puedas recibir apoyo profesional o familiar, es un paso que solo tú puedes dar.
Luchar contra una depresión es difícil, sumamente difícil. A veces el cambiar de trabajo o embarcarte en un nuevo proyecto ayuda, a veces el decir públicamente, ya sea a amigos y familiares aunque sea en una red social, ya sea haciendo un documental, que estás pasando eso, que estás superando eso, ayuda. Porque al igual que el asma que le obliga a aislarse después de las crisi, le hace a Ross muy difícil la lucha contra ese monstruo siempre acechante, hay sucesos que pueden reiniciar el proceso cuando creías que ya lo tenías controlado. Nunca es tan malo como al principio pero siempre es duro y ahí si que hace mucho quién tengas al lado.
Sé que esta entrada ha quedado demasiado personal pero cuando tú estas en esto, reconoces claramente muchos signos que para otros pasan desapercibidos. Este documental no habla sobre el príncipe de Bel-Air, ni sobre el abuelo de Ross en definitiva, se trata de una especie de exorcismo que el director se hace a sí mismo.
Si no me hubiera identificado así, poco salvaría de este experimento y no lo voy a aprobar porque no se lo merece a mi parecer, pero si que voy a ser generoso con Sutherland aunque repito, es un documental que gustará a muy pocos.
Nota: 4
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