Hoy estamos ante un cine experimental que cuando menos es digerible para la mayoría. Esta cinta francesa de Neil Beloufa es, según las descripciones, una comedia o sitcom incluso pero nada más lejos de la realidad. No sabría exactamente donde catalogarla pero humor vais a encontrar poco o casi ninguno aun por muy subjetivo que sea eso de hacer "gracia".
Nos encontramos ante una sucesión de conversaciones en diferentes escenarios, donde se nota el cartón piedra que tira para atrás, en las cuales conoceremos a diversos grupos de personas a cada cual más extraño, quizá los más normales sean los adolescentes así que ojito. Cierto es que la mayoría de esas charlas son muy naturales y nos sirven para conocer a los personajes pero no se nos cuenta nada que tenga una cierta trascendencia más allá de tratar temas de la vida cotidiana y como curiosidad, una de las escenas no habría desentonado para nada en "El Lobo de Wall Street" por la concentración del vocablo anglosajón "fuck" en tan corto espacio de tiempo.
Beloufa tira mucho de simbolismo y la verdad es que el reparto está correcto porque, al fin y al cabo, salvo algunos personajes más esperpénticos los demás, aun siendo pandilleros, nos muestran un lado más íntimo en que simplemente son ellos mismos.
Algo que me ha gustado es que aquí no nos intentan hacer comulgar con ruedas de molino aunque a mi no me haya terminado de llegar. Creo que si el final de la película hubiera sido el principio y a partir de ahí se hubieran desarrollado los diálogos y debates que se inician en ese momento entre los personajes, habría sido mucho más interesante y una mucho mejor crítica o análisis de la sociedad actual y de hacia donde se dirige. Ese reinicio del que se habla se antoja cada vez más necesario.
En el Atlántida Film Fest, al menos en su sección oficial, es muy complicado recomendar algo con cierta seguridad porque todo es tan diferente a lo que la mayoría estamos acostumbrados a ver, que depende mucho de cómo conectemos con la película en cuestión.
"Tonight and the People" al menos no es una de esas obras que solo entenderían o apreciarían en su totalidad y complejidad sus propios creadores o esas personas que necesitan fardar de lo que mola y cuanto les gusta el cine independiente. Todo lo que sucede en pantalla tiene una finalidad, por superflua que esta sea, y es una pena que no se haya dedicado más tiempo al momento cumbre que viviremos tras el fundido en negro. Quizá no os haga pensar en nada nuevo o quizá os haga daros cuenta de algunas cosas que cada día tenemos ante nuestras narices pero obviamos porque es más sencillo.
Nota: 4
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